1.¿Cómo afectará la crisis a la región?
La crisis está reduciendo la disponibilidad de crédito en los países con economías emergentes y está reduciendo, al mismo tiempo, la demanda de materias primas, que son la principal fuente de exportaciones de América Latina y el Caribe. Nuestro sistema bancario, a pesar de su sólido marco regulatorio, también ha sido expuesto a la crisis, debido a la presencia de la banca internacional, que ha estado limitando sus préstamos a la región. En consecuencia, el crecimiento económico de la región se verá afectado, traduciéndose en menos empleos y más personas bajo la amenaza de regresar a las filas de la pobreza.
2. ¿Cuánto más se puede incrementar la pobreza en la región?
Esa no es una pregunta simple. La respuesta dependerá del tamaño de la contracción en la producción y del tiempo que dure esa contracción. Si la crisis durara sólo un año y el crecimiento económico fuera de 1,1 por ciento —que es el escenario más reciente previsto por el Fondo Monetario Internacional— hasta 2,8 millones de personas podrían volver a caer este año en la pobreza en América Latina y el Caribe.
3. Pero parecería que la situación económica podría incluso empeorar…
Probablemente no hemos tocado fondo, pero también está en nuestras manos evitar que ocurra lo peor. Observemos las crisis previas que golpearon a América Latina para tener una mejor idea de qué es lo peor que pueda ocurrir. De acuerdo a un estudio efectuado por nuestro departamento de investigaciones, desde la década de los años ochenta la región fue azotada por seis diferentes crisis financieras mundiales que causaron, en un promedio de dos años, la contracción del ingreso per cápita en 1,4 por ciento anual. Si usamos esta cifra como un escenario base, el impacto sobre la pobreza es dramático. Hasta 12,7 millones de personas en la región podrían caer por debajo de la línea de la pobreza en el curso de los próximos dos años, lo que significa un incremento de 7 por ciento. El número de personas en situación de extrema pobreza podría aumentar en siete millones.
4. ¿Qué tipo de recomendaciones, en término de políticas, puede usted dar a los países de la región?
Es esencial que los países usen el dinero sabiamente para asegurar que no se destruyan sus recientes avances en la lucha contra la pobreza. En los últimos cinco años, América Latina y el Caribe han hecho un excelente trabajo mejorando la solidez de sus economías y la calidad de vida de millones de personas. Desde 2003, unas 48 millones personas han superado la línea de la pobreza. Necesitamos asegurar que esas ganancias no se pierdan. Es importante, por ejemplo, invertir en las redes de seguridad social, particularmente en los programas de transferencia condicional de efectivo, que aseguran la permanencia de los niños en las escuelas y un apropiado cuidado de salud. Recientemente aprobamos un préstamo de US$400 millones destinado al programa Oportunidades de México. Los países también deben invertir en infraestructura, porque estos proyectos no solamente estimulan la economía, sino que también aseguran el crecimiento futuro. También necesitamos evitar el proteccionismo, que puede agravar la situación y destruir las relaciones comerciales. Es importante tomar en cuenta que no existe ninguna alternativa que haya demostrado ser mejor que el comercio y la integración como vías de prosperidad y erradicación de la pobreza
9.¿Cuáles son sus expectativas para 2009?
Este año es un hito muy importante en la historia del BID. Estamos conmemorando nuestro 50° aniversario y China tomará parte por primera vez de nuestra reunión anual en marzo en Medellín, en su condición de miembro más reciente de nuestra institución. Pero en lugar de hablar sobre la historia, debemos mirar hacia el futuro. Esta es una época difícil y la región va a necesitar un respaldo mayor por parte nuestra y de otras instituciones multilaterales dedicadas al desarrollo. Debemos ser capaces de ofrecer efectivamente a nuestros países productos y servicios para enfrentar la crisis actual, mientras mantenemos a largo plazo nuestro enfoque en una agenda de desarrollo para la región. Esta es la razón por la cual América Latina necesita hoy un banco sólido, no sólo para responder a este momento de incertidumbre financiera y desaceleración económica, sino también para superar los retos que plantea el desarrollo, las que no pueden posponerse más.
lunes, 30 de marzo de 2009
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